Es por ello que las empresas curtidoras se han preparado y adaptado para ser parte de este sector en crecimiento y potencial económico en el país. >
Una de dichas empresas es Corporación Nacional Curtidora (CONACUR), quien se dedica a transformar una piel cruda en productos terminados para el uso de diferentes sectores relacionados con la piel.
La empresa con más de 57 años de historia en el país produce unos 32 mil cueros al mes, dependiendo la demanda y cerca de 400 mil al año, de los cuales el 85% se destinan al sector automotriz y tapicería.
Esta compañía comenzó con el Sr. José María Noriega, originario de un pueblito llamado Encarnación de Díaz conocido como “La Chona”, y que fue enviado a los 10 años a la ciudad de León, Guanajuato, debido a las carencias que padecía su familia.
En esta entidad, trabajó y vendió frijoles hasta que, a la edad de 14 años se interesó por la curtiduría y logró tener cinco tenerías.
En 1991 se inició la planeación de la construcción de una planta en una zona industrial reubicada para abastecer a todas las plantas en el área húmeda, por lo cual en 1992 se fundó Corporación Nacional Curtidora
“CONACUR” haciendo el cierre de la parte húmeda de todas las tenerías que se ubicaban en la mancha urbana.
La CONACUR se dedicaba más al curtido en azul y no contaban con área de engrase ni secado, hasta que José Gerardo Noriega Orozco se incorporó en 1988 en el área de administración y gerencia, hasta ser director general de la empresa, quien entre sus viajes a Europa y Asia, vio potencial en el ramo automotriz.
“Vendía mucha tapicería, cuando empezó a hacer conectes con la parte de la tapicería y las exportaciones fue donde empezó a formar parte de la automotriz”, detalló José Padilla, director de operaciones de CONACUR.
Para incorporarse al ramo automotriz la compañía enfrentó muchos retos por la cantidad de requerimientos y restricciones en el manejo de sustancias químicas, como tener un proveedor certificado para el cuero automotriz.
“Eran muchos detalles, tenía que ser un proveedor con la certificación, que venga limpio, que no traiga tanto fierro, rayas, que venga muy bien de conservación”, afirmó Padilla, quien señaló que es por ello que cuentan con un laboratorio donde se asegura que la producción se encuentre dentro de los parámetros internacionales, tanto pruebas químicas y físicas del cuero.
Cabe señalar que, en el año 2000, la empresa realizó una gran inversión en equipo y tecnología de punta para incrementar la capacidad instalada e ingresar el proceso de RTE hasta CRUST.
Actualmente, la compañía leonense trabaja para obtener la certificación Leather Working Group (LWG, siglas en inglés), la cual es una organización sin fines de lucro que otorga uno de los certificados ambientales más reconocidos para la industria del cuero.
Para obtener esta certificación es necesario ahorrar energía y agua, y disminuir la contaminación. Y la compañía está a punto de contar con ella.
Cabe señalar que sin este tipo de certificaciones las empresas no son viables como proveedoras del sector automotriz.
“Todo el tiempo te tienes que seguir actualizando porque es fácil que te digan por buen precio y calidad que me des necesito la certificación, si no ya no puedo comprarte”, indicó Padilla.
Además, las tenerías enfrentan el incremento en el precio del cuero en las exportaciones debido a que bajó la matanza de animales.
“La gente en general piensa que nosotros los curtidores criamos la vaca y la matamos para hacer un zapato o para hacer un cuero automotriz, pero realmente es el ganadero quien cría a la vaca para la industria cárnica y la basura de dicha industria, que es el cuero, lo aprovechamos nosotros”, aclaró.
Actividad ancestral
La curtiduría de pieles es una actividad tradicional en Guanajuato con mucha historia y transformaciones lo que le ha permitido diversificarse y atender al mercado automotriz.
De acuerdo con el reporte de la Cámara de la Industria de la Curtiduría (CICUR) del 2020, en todo el país se tienen registradas poco más de mil unidades económicas pertenecientes al sector de la curtiduría, las cuales emplean a más de 12 mil personas. De dichas curtidurías, 736 se ubican en el estado de Guanajuato, y de ellas, 713 tienen sede en el municipio de León.
La CICUR estima que cada día se producen 50 mil cueros crudos de bovino en México, de los cuales, 35 mil se curten en el estado de Guanajuato y de estos el 45% son destinados para el sector automotriz.
Armando Guevara, presidente ejecutivo de la CICUR, dio a conocer que la demanda del cuero disminuyó, sin embargo, en 2021 se exportaron 266.5 millones de dólares, lo que representa una derrama importante para el sector curtidor.
“Ha disminuido por la caída en la producción a nivel mundial. Un total de 266.5 millones de dólares de exportación de cueros wet blue, crosta y terminado en el año 2021, sin tomar en cuenta la exportación indirecta en SETS (fundas para automóviles y volantes”, indicó el presidente ejecutivo de la CICUR.
Para conocer el contexto actual de la curtiduría, es importante adentrarnos en la historia de esta actividad económica.
Se estima que los orígenes de la curtiduría en León datan del siglo XVII, a pocos años de que se fundó como Villa, que hasta el siglo XIX, era una actividad totalmente de autoconsumo y artesanal.
El cronista de León, Guanajuato, Luis Alegre Vega, platicó que esta tradición surgió con la cría de ganado, lo que derivó en la manera de comercializar el producto y nacieron artesanos especializados en diferentes maneras del tratamiento de la piel.
¿Cómo ser parte del sector automotriz?
Uno de los retos que enfrentan las tenerías es comunicar las bondades del cuero natural a las nuevas generaciones y difundir que generan más contaminación los productos derivados del petróleo (materiales sintéticos), entre otros, que el cuero, de acuerdo con Armando Guevara, presidente ejecutivo de la CICUR.
El directivo agregó que para ser una empresa proveedora del sector automotriz se requiere de un fuerte capital, conciencia ecológica y cumplir con la legalidad.
“Se requiere vocación, contar con un fuerte capital, tener conciencia ecológica y ser empresa legal y socialmente responsable”, explicó el presidente ejecutivo de la CICUR, grupo que afilia a empresas que representan entre el 80% y el 85% del total de los cueros y pieles que se producen en el estado de Guanajuato.
Por su parte, Alfredo Arzola, director general del Clúster Automotriz de Guanajuato (CLAUGTO indicó que todas las empresas voltean a ver al Bajío por la capacidad de cuero que tiene la entidad.
Se estima que existen alrededor de tres o cuatro tractoras de cuero y calzado en Guanajuato que detonan la industria automotriz, y atienden la necesidad de armadoras como Honda, Mazda, GM y Toyota.
Comentó que un vehículo lleva más de 30 mil piezas, y se estima que el asiento lleva alrededor de 700 piezas, dependiendo del modelo y versión, y es en esté componente, que se requiere de la piel o cuero.
“En México existen Tier 1 que se especializan en la producción de asientos automotrices, y son quienes compran en León parte de cuero”, dijo el especialista automotriz, quien añadió que para transformarse y ser parte de dicho sector, las empresas deben cambiar su cultura y todo depende de su edad, de su cambio generación y del corporativo.
“Romper costumbres de muchos años para cambiar de sector industrial dependerá de la visión y liderazgo de los dueños de cada empresa. Afortunadamente hay muchos casos de empresas que han logrado adaptarse e integrarse al sector”, dijo.
Normas ambientales
El cumplimiento de las normas oficiales que aplican a la industria curtidora es muy importante para proveer al sector automotriz y entre las principales destaca el tratamiento del agua que actualmente es adoptada por las tenerías como una base para sobrevivir, entre otros temas de sustentabilidad.
Se estima que más del 85% del agua que consume Corporación Nacional Curtidora es tratada, lo cual es uno de los principales requisitos para formar parte de la cadena de suministro del sector automotriz.
Gemma Cervantes, integrante del Grupo de Investigación en Ecología Industrial (GIEI), recomendó a las empresas que producen piel, a certificarse como empresa limpia, ya que esto les abre muchas puertas y es una manera de subsistir económicamente. Así como trabajar en la sustitución de químicos y el manejo del cromo en donde las empresas tienen dos opciones: hacer una curtición vegetal sin contaminar, y la otra es recuperar el cromo.
“Es un sector que ha avanzado mucho, las empresas medianas y las grandes, pero también las pequeñas se han transformado porque ahora su mercado principal es el automotriz, el cual tiene unas características de calidad muy elevadas”, expresó Cervantes, quien añadió que para cumplir con las certificaciones de calidad, las tenerías se transformaron y vieron un empuje hacia el ramo de los automóviles.
Ventaja automotriz
Guanajuato es sede de seis empresas ensambladoras y de una red de 400 proveedores de primer y segundo nivel. De dicha red se estima que un 90% son extranjeros y solo un 10% son nacionales. La entidad cuenta con una red de más de 3 mil pymes nacionales que proveen de servicios, procesos y comercialización de diferentes tipos de servicios que van desde el transporte, logística, ingeniería, mantenimiento, obra civil, entre muchos otros.
“Estas pymes han logrado adaptarse y cambiar sus modelos de negocio para ser parte de la industria, y formar una red de más de 200 mil empleos formales en el estado”, dijo el director del CLAUTGTO, Alfredo Arzola.
Se estima que Guanajuato tiene una capacidad para producir un millón de vehículos, pero en 2021 se produjeron 670 mil; y en 2022 se espera la producción cercana a los 800 mil autos.
Se prevé que uno de cada cuatro coches es fabricado en México. Y el 25% de la producción está en Guanajuato y el 60% de la producción nacional está en el Bajío (que incluye San Luis Potosí, Aguascalientes y Guanajuato).