Con frecuencia los titulares de periódicos y noticieros financieros son utilizados para destacar las actividades cuestionables de algunas empresas, que con el objetivo de incrementar sus ganancias, son capaces de romper las reglas.
Sobornos para lograr contratos gubernamentales, operaciones financieras que trasladan capitales a nivel global para reducir o evitar las tasas de impuestos originales y la manipulación de información estratégica para conseguir metas de ventas, son algunos ejemplos de operaciones que tienen algo en común, cuando iniciaron, confiaron en que nadie se daría cuenta de ellas.
Así pues, la corrupción inicia con esa sutil sensación de impunidad, desafortunadamente para esas empresas y en algunos casos para sus ejecutivos, el mantener en secreto sus actividades ilícitas, no siempre es posible y en la mayor parte de los casos, nos enteramos porque sus actos tienen consecuencias lamentables y e incluso hasta letales.
Pero en esta ocasión no vamos a hablar de las operaciones corruptas que ya pasaron, de los Jefes de Estado que perdieron sus puestos, o de los presidentes de las compañías que tuvieron que adelantar sus fechas de retiro, el propósito de este editorial no es documentar esos casos, si no el aprender a prevenirlos.
Tampoco hablaremos de casos hipotéticos originados en lo más alto de las cúpulas administrativas, sino de un problema mayor, el de la corrupción hormiga, la que difícilmente acapararía el encabezado de un periódico y que en algunos lugares se da con tanta frecuencia, que a veces nos pudiera parecer hasta natural.
Para continuar, debemos dejar en claro que este problema inicia con los individuos, sin importar su rango administrativo, cuando se cumplen las siguientes condiciones: primero, encuentran una oportunidad donde existe la percepción de impunidad y segundo, requieren satisfacer un propósito.
El propósito se divide en dos, la motivación de un beneficio que frecuentemente resulta ser una necesidad económica y la del aspecto cultural, donde la educación y valores inculcados a la persona le hacen creer que no está incurriendo en ningún delito.
Una vez identificadas las causas, podemos concluir que las empresas deben de trabajar en procesos que limiten principalmente “La oportunidad”: en evaluaciones multidisciplinarias periódicas que impidan que sus empleados puedan adoptar la sensación de impunidad en alguna de sus actividades, auditorias aleatorias, reportes abiertos a escrutinio, cruce de datos y un registro claro y rastreable de tareas críticas.
Para coactar los deseos de algunos asociados por obtener beneficios económicos adicionales, a través de métodos cuestionables, las compañías deben de manejar programas de desarrollo profesionales a largo plazo de tal manera que las personas puedan valorar su posición y los inhiba ha arriesgarla, así mismo, debe de inculcar que todas las transacciones se hagan públicas y transparentes.
Por último, la cuestión cultural negativa se debe de atacar con capacitación constante, cursos, historietas, desplegados y todo aquel material de difusión que haga énfasis en los beneficios de valores éticos sanos.
Mi nombre es Johann Dorfi, soy el Director de Ventas de la empresa ZZUNN México y por la naturaleza de nuestro negocio, ayudamos a los Corporativos a vender sus activos en desuso con total transparencia, evitando malinterpretaciones internas, maximizando los beneficios económicos y haciendo énfasis incondicional a los más altos estándares de conductas de negocio.