El modelo educativo tradicional estaba anclado a una realidad física ineludible: todos debían estar presentes en el mismo lugar y al mismo tiempo para que se produjera la transferencia de conocimiento. Pero la realidad actual ha difuminado esas líneas arquitectónicas, ya que ahora los profesores tienen que estar en un aula con la mitad de la clase en pupitres y la otra mitad conectada desde casa.

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Esta situación crea un desafío logístico y pedagógico que necesita de herramientas que integren la experiencia para ambos grupos. La brecha de atención es el villano a derrotar cuando la interacción no fluye.

El problema de atención en dos frentes


Una clase híbrida sin tecnología de apoyo es un boleto directo a la frustración, el profesorado acaba pasando de los alumnos a distancia a favor de los presenciales o al revés, transformando la clase en un monólogo desconectado. La pizarra de tiza o rotulador ha quedado en desuso por la simple razón de que es complicado que se vea nítido a través de una cámara web normal.

Pero, la solución ha llegado para permitir la elaboración, modificación y compartición de contenido en tiempo real, para que, de esta forma, todos los estudiantes puedan disfrutar visualmente de la clase y participar sin importar la distancia. La tecnología ya no es un complemento, sino el lugar donde se desarrolla el aprendizaje.

La tecnología que rompe la cuarta pared


Para implementarlas, es necesario confiar en fabricantes que conozcan las necesidades de conectividad y usabilidad del sector educativo. Empresas tecnológicas como Ricoh han creado ecosistemas en los que el hardware se integra con las aplicaciones de videoconferencia y gestión documental.

La idea es quitarle al profesor la carga tecnológica para que él pueda dedicarse a enseñar y no a arreglar conexiones.

El trascendental paso de estas pantallas es la visibilidad y la colaboración bidireccional. Para un estudiante en casa, ver la pizarra ya no significa forzar la vista para descifrar garabatos borrosos en una cámara distante. Ahora ven un lienzo limpio en sus dispositivos, pueden interactuar con él, resolver ecuaciones o pegar notas adhesivas virtuales en tiempo real con sus compañeros en el aula. Esta habilidad convierte una clase estática en un lugar de cocreación en el que la distancia física se desvanece.

Actores principales del mercado educativo


El mercado de las pantallas interactivas ha explotado, y ahora puedes ver pizarras que brindan soluciones a los problemas del aula híbrida de forma única.

Smart Technologies fue pionera en llevar pizarras interactivas a las aulas y sigue siendo un competidor gracias a su software para crear lecciones gamificadas. Su método hace mucho énfasis en la intuición y en instrumentos que los niños pueden manipular sin pasar por una curva de aprendizaje.

Por otro lado, Promethean siempre ha sido conocido por proporcionar paneles muy duraderos y con una experiencia táctil muy precisa, diseñados para soportar el uso intensivo en aulas de primaria y secundaria. Sus propuestas intentan imitar la experiencia natural de escribir sobre papel, pero con la infinitud del mundo digital.

ViewSonic se ha hecho un nombre por proporcionar flexibilidad y compatibilidad con diversos sistemas operativos, lo que permite a las escuelas integrar el hardware con su infraestructura informática actual sin problemas. Junto a ellas, la citada Ricoh suma su conocimiento en el mundo empresarial y de la gestión de la información para proporcionar soluciones sólidas que preparen a los alumnos para los ambientes laborales del mañana.

Dinámicas participativas y memorización de la información


Por medio de las pantallas interactivas, las clases se vuelven más activas. Los alumnos pueden mandar lo que tienen en sus dispositivos a la pantalla principal con un solo toque. De esta forma, los estudiantes que normalmente son más reacios a levantar la mano encuentran en la participación en línea una forma más cómoda de compartir sus pensamientos o preguntas.

La información se retiene mejor cuando el aprendizaje se realiza involucrando varios sentidos: tocar, mover y ver representaciones 3D o videos de alta definición refuerza el aprendizaje más que solo escucharlo. Además, guardar toda la sesión y enviarla por correo electrónico al final de la clase libera al alumno de la preocupación por tomar apuntes desesperadamente, de esta forma, solo deben prestar atención, pues, el material estará disponible en caso de que quiera revisarlo más tarde.

Hacia un espacio de aprendizaje sin muros


La tendencia es la plena integración con la nube y la inteligencia artificial. Las pantallas del futuro cercano no solo mostrarán información, sino que de lleno serán asistentes capaces de tomar apuntes de la clase automáticamente, traducirlos a otros idiomas en tiempo real para alumnos extranjeros o recomendar material complementario en función del tema que se esté tratando.

El aula híbrida con pantallas interactivas es el primer paso para una educación globalizada y flexible. Forma a las nuevas generaciones para un mercado laboral en el que el trabajo en remoto y la colaboración digital son la norma.