En este sentido, el sector automotriz se encuentra operando entre 50 y 70% de su capacidad, mientras que el rubro aeroespacial reanudó al 10% de su capacidad instalada.
La Secretaría de Desarrollo Sustentable (Sedesu), resaltó que los clústeres aeroespacial y automotriz han hecho un gran trabajo en la generación de documentos y protocolos que han ayudado al establecimiento de los lineamientos para el regreso a la “nueva normalidad”.
Como parte del regreso a las actividades, el Aeroclúster de Querétaro, llevó a cabo el webinar “Certificaciones de Protocolos frente al COVID-19”, impartido por Héctor Martínez Cruz, director operativo de SOS Consulting, quien destacó que si bien el COVID-19 fue un fenómeno de salud, ha tenido repercusiones en toda la vida de la humanidad, por lo que diferentes órganos internacionales han establecido guías de conducta o protocolos que favorecen el retorno a condiciones más seguras, retomar ciclos productivos y económicos de manera adecuada.
Resaltó que en el ámbito laboral se prevé un incremento de factores psicosociales, ante la incertidumbre por guardar la integridad, por lo que, en el mundo se están organizando para establecer guías y protocolos que brinden a los colaboradores y a las empresas, esta certeza de mantener los niveles de contagio a niveles bajos.
Martínez destacó que un protocolo de acción Post COVID-19 debe contar con tres componentes: reapertura de instalaciones y procesos; operación; plan de contingencia.
La etapa uno del componente refiere a recibir a los trabajadores y sanitizar las instalaciones, pero también comenzar la culturización del personal, ya que esto traerá un impacto en la cotidianidad del trabajador.
Como segundo punto; al ser considerado, de acuerdo por los expertos, como un virus cíclico y endémico; refiere a cómo se van a mantener los niveles bajos de una posibilidad de contagio de COVID-19.
“Lo que buscan estos protocolos es dar la certidumbre a los trabajadores de que están en un lugar seguro para trabajar. Buscar dar certidumbre a sus clientes, de que las operaciones de la organización tienen controles y hay poca probabilidad de un paro de operaciones derivado de una nueva contingencia”, explicó.
Por lo que el segundo componente deberá tener líneas de continuidad para reducir la probabilidad.
En el tercer componente, el protocolo deberá establecer medidas de contingencia, para poder actuar de manera rápida y efectiva ante la presencia de un posible contagio en las operaciones.