Biofase Scott Munguía Director General (81) 8358-2000
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Resirene Cuauhtémoc Madrid Gerente de Mercadotecnia (22) 22233101
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ITESM José Antonio Sanchez Fernández Doctor e investigador del departamento de ingeniería (81) 8158 2000
El futuro del negocio del plástico puede cambiar, gracias a las innovaciones en dicho material Actualmente el cuidado del medio ambiente juega un rol importante en las industrias alrededor del orbe. Cada día hay más empresas que buscan crear nuevas ideas para la fabricación de sus productos, con la finalidad de no ocasionar repercusiones negativas al planeta tierra.
Debido a esta razón el mundo de la industria ha buscado e investigado nuevas clases de productos que no lastimen en demasía al medio ambiente, situaciones que han motivado poco a poco a las grandes, medianas y pequeñas empresas a seguir estos pasos. El bioplástico es uno de esos frutos cosechados por la investigación industrial, al ser una nueva alternativa para el universo del plástico en el mercado, siendo un producto que es integrado por materiales de origen natural, convirtiéndose en una innovación sustentable y prometedora, pues se espera que se incremente en un 60 por ciento la demanda del antes mencionado en el mundo.
Alemania, Estados Unidos, Japón, Francia, Italia, por decir algunos, son países que han estado desarrollando la industria del bioplástico al paso de los años. Cereplast, compañía norteamericana o Novamont, proveniente de tierras atzurras, forman parte de los modelos de empresas que han figurado en la elaboración del material verde en los mercados internacionales. México ya se está integrando en dichas acciones, pues según estudios de Frost & Sullivan, el mercado nacional de bioplásticos representaba mil 200 toneladas en el año 2009, esperando tener un crecimiento año con año que supere el 20 por ciento. “Actualmente en México hay mucha investigación académica de bioplástico, pero no tenemos muchas industrias que la desarrollen, por lo tanto no existen tantas aplicaciones”, mencionó José Antonio Sánchez Fernández, doctor e investigador del departamento de ingeniería del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores Monterrey (ITESM). A pesar de que la mayoría de los países se encuentran desarrollando bioplásticos , aún continua siendo muy incipiente, pues menos del 1 por ciento del plástico utilizado en el planeta es proveniente del material verde.
Cabe mencionar que si bien es cierto que es una nueva opción en un mundo donde antes sólo existía el plástico “tradicional” elaborado con petróleo, el bioplástico tiene que estar constituido por un alto contenido de materia vegetal o de materia biobasada, pues se debe componer por al menos 60 por ciento de biomasa, provenientes de diferentes fuentes naturales, logrando así, ser un producto verde e innovador. Existen dos clases de bioplástico: las resinas híbridas y las biobasadas. Para la fabricación de las primeras es necesario tomar un polímero de algún sustento natural y combinarlo con resinas que se extraen del petróleo.
En el caso de las biobasadas, éstas provienen 100 % de una fuente natural y los productos elaborados por las mismas son idénticos en sus propiedades a los artículos realizados a partir de petróleo. Si bien es cierto que estas dos resinas se pueden fabricar de manera distinta, ambas comparten la posibilidad de biodegradarse por sí mismas. Algunas resinas híbridas pueden degradarse en un año y medio, mientras que las biobasadas lo hacen aproximadamente en 30 días, característica alentadora en comparación con lo que puede tardar un artículo en base a plástico proveniente de petróleo.
Gracias a este material verde las industrias del plástico en el planeta pueden fabricar diversas gamas de artículos en los mercados. Sectores como el alimenticio, médico, cosméticos, agroindustrial, empaque e incluso el automotriz han puesto en marcha la utilización de bioplásticos. Vasos desechables, charolas, platos, tenedores, bolsas biodegradables, emplaye para transportar alimentos, hilos en el caso de sutura en los hospitales, entre otros más, son tan sólo unos ejemplos de los artículos que el bioplástico puede generar a través de su sustentabilidad.
Es importante mencionar que la mayor cantidad de productos elaborados actualmente a partir de materia vegetal son de uso rápido, es decir, artículos desechables. Esto no significa que no puedan ser utilizados en otra clase de manufacturas. Se espera que en un momento dado el uso de los bioplásticos se emplee para reemplazar productos elaborados con petróleo. En el área automotriz se planea sustituir las partes del interior de un vehículo formadas por plástico tradicional con innovador producto. Algunas de las autopartes podrían ser los tableros, las palancas, los volantes, entre otros más. Cerca del 90 por ciento de los plásticos originados con petróleo pueden ser reemplazados por bioplásticos, razón que figura la trascendencia de este innovador material. “Ahora mucha de la industria automotriz está demandando ya sustituir muchas de las piezas metálicas por plástico, y eso de alguna forma también contribuye al medio ambiente”, externó Cuauhtémoc Madrid, Gerente de Mercadotecnia de Resirene, empresa que a través de su marca Biorene, produce bioplásticos.
Por otro lado, utilizar el bioplástico conlleva a tener ciertos beneficios, uno de ellos es que se deja de utilizar un recurso no renovable como lo es el petróleo para fabricar plásticos, puesto que se recurre a fuentes naturales para su elaboración. Otro punto importante a destacar es que los productos que se fabrican con este material son biodegradables, pues no se necesita de mucho tiempo para degradarse en comparación con un material hecho por petróleo. “El principio fundamental del bioplástico es que se biodegrada, porque hay aditivos que hacen que esto suceda. Es importante porque hay una producción enorme de plástico de petróleo, y hay muchas empresas en México que les interesa proteger el medio ambiente, siendo realistas el consumidor esta en búsqueda de estas cosas”, resaltó Scott Munguía, Director de Biofase.
Además debido a que es un material verde y proviene de recursos renovables, al momento de fabricar artículos con bioplástico, se contribuye a la disminución de gases invernadero, convirtiéndolo en un producto totalmente sustentable. En el caso de los procesos industriales, los materiales biobasados se procesan a menores temperaturas que los provenientes de petróleo, teniendo diversos beneficios durante la producción de los artículos. Uno de ellos es el ahorro de energía en sus procedimientos, ya que se consume entre un 10 o 20% menos de electricidad para procesar sus materiales. Otro punto importante es el incremento de su producción, pues el ciclo de inyección de plástico “tradicional” es caliente y se tiene que esperar a que se enfríe para continuar, mientras que el de enfriamiento del bioplástico es menor, ahorrando más tiempo e incrementando hasta un 30% de rendimiento.
El bioplástico tiene distintas fuentes naturales en las que puede ser extraído, teniendo una gran variedad de opciones las industrias en el mundo, para elaborar el material sustentable en apoyo al medio ambiente. Una de las fuentes naturales más importantes para la elaboración del bioplástico es el maíz, ya que alrededor del 70% de este material verde en el mundo es en base a este producto, convirtiéndose en el más popular. Otro importante material es el poliácido láctico (PLA), derivado del almidón del maíz, ácido que tiene propiedades equivalentes e incluso mejores que diversos plásticos provenientes del petróleo, además de ser un producto totalmente biodegradable, y que destaca por ser flexible, fácilmente moldeable, resistente y con buena capacidad de humedad. Éste se utiliza actualmente para la creación de envases, recubrimientos, entre otros.
Asimismo los polihidroxialcanoatos (PHA), son poliésteres de reserva provenientes de microorganismos vivos como bichos, bacterias, por mencionar algunos. El PHA con mayor fama dentro del mundo del bioplástico es el polihidroxibutirato (PHB), usado en el envasado de alimentos, debido a sus propiedades termoplásticas y a una gran capacidad de soportar el agua. La celulosa también es otra materia prima que puede utilizarse para la fabricación de bioplásticos, pues este polímero es el principal componente de los tejidos vegetales, ya que es uno de los más abundantes en la naturaleza. La yuca del trigo, las semillas de girasol, quitina y quitosano provenientes de los crustáceos, el hueso del aguacate, papa, tapioca, el polietileno verde de la caña de azúcar, entre otros más, son algunas de las fuentes naturales que también pueden ser utilizadas con el fin de producir bioplástico.
El bioplástico en México
Actualmente en México la producción de bioplástico continúa siendo baja, en comparación de los países desarrollados, no obstante se estima que en los próximos años se incremente la demanda de este material sustentable, teniendo como expectativas lograr un consumo anual de 5 mil toneladas para el año 2015. Según estudios de Frost & Sullivan el recurso que más es utilizado para producir bioplástico en suelo nacional es el maíz, pues la República Mexicana hoy en día es el cuarto productor a nivel mundial de dicho alimento, sin embargo, aún es necesario importar entre un 5% y un 10% de ese maíz para cubrir el consumo alimenticio local, convirtiéndose en una problemática para la elaboración del material verde.
Para complementar el punto anterior, es relevante destacar a Resirene, una empresa ubicada en Tlaxcala que actualmente se encuentra desarrollando el bioplástico bajo su marca Biorene, al utilizar biopolímeros de almidón de maíz y combinarlos con poliestireno, polipropileno o polietileno, con lo que generan sus resinas en forma de pelets y las comercializan para la industria de plásticos en México. Es importante señalar que a nivel nacional se han estado realizando estudios para desarrollar nuevas fuentes naturales bajo el objetivo de fabricar el bioplástico , sin la necesidad de utilizar sustentos alimenticios.
Es aquí donde recae el uso de desechos de alimentos. El hueso del aguacate juega un rol importante en este aspecto, pues México produce alrededor del 40% del fruto a nivel mundial, satisfaciendo así hasta ocho veces la demanda del bioplástico en el país y cerca del 20% los requerimientos a nivel mundial. Una de las compañías que han puesto en marcha la utilización de la semilla del aguacate para la fabricación de bioplásticos es Biofase, con sede en Nuevo León. Dicha empresa extrae un biopolímero del hueso de la fruta, añadiendo una pequeña modificación química y así desarrollar la resina que es utilizada para la fabricación de artículos plásticos. Dicha compañía tiene una planta con capacidad instalada para fabricar 50 toneladas de pelets al mes.