La industria manufacturera, en plena carrera por digitalizar sus procesos, se enfrenta a un nuevo frente de batalla: la seguridad de sus sistemas operativos y redes industriales.

[ENBREVE]Mientras los robots, los sensores y los dispositivos conectados optimizan la producción, también abren potenciales accesos a actores maliciosos. En este contexto, una técnica antes reservada al ámbito militar o financiero está ganando terreno en los sectores industriales: el red teaming industrial.

Se trata de ejercicios de ciberataques éticos y simulados que buscan exponer vulnerabilidades antes de que los verdaderos atacantes lo hagan.

Automatización en las líneas de producción


Las líneas de producción modernas integran cada vez más tecnologías como Internet de las Cosas (IoT), sistemas de control industrial (ICS), redes OT (Operational Technology) y, en el sector salud, incluso IoMT (Internet of Medical Things). Esta conectividad ha permitido niveles de automatización sin precedentes, pero también ha ampliado la superficie de ataque.

Tanto el personal de planta como el de mantenimiento y TI deben estar alineados en sus funciones ante un ciberataque, y actuar con eficacia incluso bajo presión.
» Tanto el personal de planta como el de mantenimiento y TI deben estar alineados en sus funciones ante un ciberataque, y actuar con eficacia incluso bajo presión.
Según el Informe del Estado de la Tecnología Operacional y Ciberseguridad 2025 de Fortinet, el 60 % de las organizaciones que sufrieron intrusiones reportaron impactos tanto en sus sistemas de TI como de OT, un aumento significativo respecto al 49 % del año anterior. Solo el 22 % indicó que el ataque se limitó al entorno OT. Este dato revela una alarmante tendencia: los ataques cruzados están convirtiéndose en la norma, y no en la excepción.

Además, el mismo informe señala que el sector manufacturero continúa siendo uno de los principales objetivos del ransomware, especialmente por parte de actores patrocinados por estados. ¿La razón? La alta dependencia de la continuidad operativa. Una simple interrupción en la producción puede traducirse en pérdidas millonarias por minuto, lo que convierte a estas organizaciones en blancos atractivos para ataques que buscan extorsionar con rapidez y alto impacto.

Ciberataques simulados en entornos industriales


A diferencia de una auditoría convencional o un escaneo de vulnerabilidades, estas simulaciones son realistas, dinámicas y específicas. El equipo simula tácticas reales utilizadas por grupos de ransomware, espionaje industrial o amenazas persistentes avanzadas (APT), buscando entrar en la red, moverse lateralmente y comprometer sistemas críticos.

En entornos industriales, el desafío es mayor. Las redes OT, que controlan desde líneas de ensamblaje hasta sistemas de energía, a menudo integran tecnología obsoleta —con más de dos o tres décadas de antigüedad—, protocolos sin cifrado y dispositivos imposibles de actualizar sin interrumpir la operación.

Esta combinación representa una tormenta perfecta para los ciberdelincuentes, que cada vez apuntan con mayor precisión a este tipo de entornos. De hecho, el informe Estado de la Tecnología Operacional y Ciberseguridad 2025 de Fortinet señala que el ransomware patrocinado por estados-nación continúa siendo utilizado activamente contra empresas manufactureras, consolidándolas como uno de los sectores más atacados del mundo.

Alcances de red teaming industrial


Las simulaciones éticas —como el red teaming industrial— se han mostrado altamente efectivas para identificar vulnerabilidades antes de que un atacante real las aproveche. De acuerdo con el reporte mencionado, la ejecución de ejercicios controlados permite a los equipos de OT comprender mejor los posibles escenarios de ataque, reforzar sus planes de contingencia, y aplicar técnicas efectivas de remediación y recuperación ante incidentes.

Sin embargo, su adopción no es automática. En la práctica, muchos Chief Information Officer (CIO) y Chief Information Security Officer (CISO) enfrentan resistencias internas que ralentizan estos esfuerzos por dos razones clave:
Riesgo operativo: Aunque las pruebas son planificadas y supervisadas, existe el temor —a veces infundado— de que puedan generar interrupciones no deseadas.

Costo y percepción de valor: La alta dirección, especialmente en sectores tradicionales, todavía tiende a ver la ciberseguridad como un gasto necesario, no como una inversión estratégica. Y en algunos casos, la falta de involucramiento del board en el entendimiento del riesgo y su potencial impacto en el negocio.

Aunque cada industria tiene particularidades técnicas, hay un factor común que las une: la disponibilidad continua del servicio.

Una intrusión no solo puede detener la producción. También puede poner en riesgo información confidencial, fórmulas propietarias o, en casos extremos, la seguridad física de trabajadores y usuarios finales. Y tratándose se ambientes de hospital o laboratorios incluso podría afectar la vida de seres humanos. En ese contexto, proteger las redes OT no es una opción, sino una necesidad crítica.

Frente al aumento de ciberamenazas complejas, las organizaciones están adoptando soluciones de última generación basadas en inteligencia artificial (IA), machine learning (ML) y análisis de comportamiento. Estas herramientas permiten detectar patrones anómalos y posibles amenazas antes de que se conviertan en incidentes y pueden permitir a los equipos de ciberseguridad acelerar sus reacciones para disminuir impactos..

Por ejemplo, hoy existen plataformas que monitorean en tiempo real la actividad dentro de las redes OT, identificando movimientos sospechosos que podrían pasar inadvertidos para un analista humano. Estas soluciones no sustituyen al red teaming, pero lo potencian al permitir la creación de simulaciones más realistas y enfocadas en los vectores de ataque más probables.

Pero ningún sistema, por sofisticado que sea, puede ofrecer seguridad total sin un equipo humano preparado. Un ejercicio de red teaming también busca evaluar la capacidad de respuesta del personal, desde detectar un incidente y activar los protocolos correspondientes, hasta escalar adecuadamente la situación y contenerla con rapidez.

Por ello, la capacitación continua y los ejercicios de simulación periódicos son esenciales. Tanto el personal de planta como el de mantenimiento y TI deben estar alineados en sus funciones ante un ciberataque, y actuar con eficacia incluso bajo presión.

En consecuencia, digitalizar una fábrica no es solo conectar sensores o automatizar procesos, sino también construir resiliencia operativa.