“También estamos trabajando en desarrollar compromisos de seguridad, sustentabilidad y educación con nuestros proveedores porque lo que buscamos también es que toda nuestra cadena directa e indirecta esté relacionada con estos compromisos”, señaló. Ahora mismo, BIC ya trabaja en otras iniciativas para reducir su huella contaminante, como la reducción de plástico en la fabricación de sus rasuradores y bolígrafos.
En el caso del bolígrafo cristal, que es el de mayor fabricación en el país, se ha reducido de 3.6 a 2.9 gramos por barrido, es decir, casi el 30% del plástico que necesita la pieza.
“A la vez incrementamos su rendimiento. Nuestro bolígrafo cristal consume 2.9 gramos de poliestireno y nos da casi 3 kilómetros de escritura, mientras que piezas de otras marcas traen casi cinco gramos (de poliestireno) y escriben 1.5 o dos kilómetros.
“Algo similar está ocurriendo con nuestro rasurador, estamos mejorando los mangos para reducir el consumo de material y tener una vida mayor”, comentó.
Otra práctica en la que trabajan es limitar el uso de empaques y, en caso de vender sus productos con éstos, que sean de materiales 100% reciclados.
Reducir, reutilizar, reciclar
Para BIC, expresó Berra, ser más sustentables es una iniciativa de sus plantas a nivel global. En México, algunos de sus bolígrafos ya son fabricados con resinas 100% recicladas.
Además, están en la fase de buscar tener programas de recolección de productos que terminaron su vida útil.
Se trata de un programa que está más desarrollado en países de Europa y que, en esencia, consiste en utilizar los bolígrafos que han terminado su vida útil y transformarlos en bancas. Estas bancas son hechas con 50 mil bolígrafos reciclados y la idea, enfatizó el VP manufacturing de BIC, es llevar esos proyectos a un nivel de madurez que les permita completar el ciclo de vida de los materiales y cumplir con los fundamentos de la economía circular.