Y es que los aeropuertos, las aerolíneas, las aeronaves y todos los proveedores de servicios asociados, incluidos los subcontratistas, manejan cantidades masivas de datos personales, que incluyen información crítica como pasaportes y números de tarjetas de crédito de los pasajeros, convirtiendo al sector en un blanco atractivo para los ciberdelincuentes.
En términos de ciberseguridad, la gestión de vuelos, por ejemplo, está directamente relacionada con las tecnologías de la información, lo que significa que cualquier interrupción cibernética en estas plataformas podría resultar en cancelaciones masivas de vuelos, desinformación sobre horarios y la parálisis de sistemas de seguridad en aeropuertos. Un ataque que afecte el control de tráfico aéreo podría, incluso, desorientar a los aviones en vuelo, con consecuencias potencialmente catastróficas.
Principales retos en ciberseguridad
De hecho, el Research Report 2024 de Bridewell destaca que la protección de activos críticos es el principal reto de ciberseguridad en la aviación civil, especialmente en los Estados Unidos de América. Las amenazas varían desde los ataques a sistemas de TI internos hasta el robo de datos de los pasajeros. En el estudio mencionado, la pérdida accidental o la divulgación de datos se considera el mayor riesgo para los sistemas de TI en la aviación civil (28% de los encuestados), seguido de la infección por malware (26%) y el robo o uso indebido de datos (24%).
Este panorama no es exclusivo de nuestros vecinos del norte. En México, la aviación enfrenta riesgos muy similares. La interconexión de las aerolíneas, los aeropuertos y otros actores clave del sector crean una red vulnerable ante ciberataques. La información crítica sobre vuelos y pasajeros es constantemente recopilada, procesada y almacenada en bases de datos accesibles a diversos actores, lo que incrementa la exposición de datos sensibles.
Uno de los ejemplos más recientes de los riesgos de ciberseguridad en la aviación fue un ciberataque tipo ransomware dirigido a un grupo aeroportuario en el interior de la República Mexicana, que puso en riesgo la información de cerca de 2 millones de pasajeros que se movilizan mensualmente. Este incidente subraya la vulnerabilidad de la infraestructura crítica en la aviación y la importancia de contar con estrategias robustas de prevención y respuesta ante incidentes cibernéticos.
Con los sistemas internos de las aerolíneas y los aeropuertos, la aviación también enfrenta riesgos derivados de su cadena de suministro. En la actualidad, la industria aeroespacial depende de una red compleja de proveedores de software, hardware, y servicios, muchos de los cuales tienen acceso a los sistemas críticos de las aerolíneas, incluidos los de mantenimiento de aeronaves, gestión de vuelos y datos de los pasajeros. En consecuencia, cada uno de estos proveedores representa una posible puerta de entrada para los atacantes y un riesgo más a vigilar para el Chief Information Security Officer (CISO).
Medidas proactivas ante ciberataques
La gestión adecuada de riesgos en esta cadena es fundamental. Una de las primeras medidas que deben adoptarse es la segmentación de redes para aislar los sistemas críticos de los de menor importancia. Esto ayuda a prevenir que un ataque en un sistema de bajo nivel afecte a toda la infraestructura crítica, además deberá asegurarse que todos sus proveedores sigan las mejores prácticas de ciberseguridad.
Otra medida proactiva es el monitoreo constante, utilizando herramientas de detección de intrusos (IDS) y sistemas de respuesta ante incidentes (IR). La capacidad de identificar y responder rápidamente a un ataque es crucial para minimizar los daños. La visibilidad adecuada permitirá una reacción expedita y que además atienda todos los puntos de impacto involucrados.
Asimismo, la protección de los datos sensibles es clave. El cifrado de los datos en tránsito y en reposo asegura que la información crítica esté protegida, incluso si un atacante logra infiltrarse la información le será inútil al no poderla explotar. Adicionalmente, la autenticación multifactor para entrar a los sistemas importantes, como el quitar acceso a bases de datos de pasajeros y controles de vuelo, proporciona una capa adicional de protección.
El monitoreo de integridad de datos, apoyado por la inteligencia artificial garantizará que la información es precisa y permanece inalterable en todo momento.
Finalmente, no debemos perder de vista que por más tecnología que adoptemos, nuestros colaboradores son una de las primeras líneas de defensa contra los ataques cibernéticos. La capacitación regular sobre las mejores prácticas de ciberseguridad, como el reconocimiento de correos electrónicos de phishing, el manejo adecuado de contraseñas y las políticas de acceso, es esencial para reducir los errores humanos que pueden llevar a incidentes de seguridad.