La verdadera preparación para el mundo laboral no comienza en la universidad. Comienza en casa. Con el ejemplo, con los valores, con la responsabilidad que se aprende en lo cotidiano. Cuando un niño ve a sus padres cumplir compromisos, tratar con respeto a los demás, levantarse temprano con entusiasmo o terminar lo que empieza, está viendo en acción los principios que más adelante lo harán destacar en cualquier entorno laboral.

Elsie Patricia Flores Landeros, principal en Mercer.
» Elsie Patricia Flores Landeros, principal en Mercer.
La educación más valiosa es la que se da en el hogar. Esa que forma empatía, resiliencia y compromiso. La escuela puede complementar, pero los cimientos siempre se forman en casa.

Intención sin acción es solo ilusión


Vivimos en un mundo lleno de oportunidades laborales: nuevos modelos de negocio, tecnología, flexibilidad. Pero también es un mundo que exige más. Hoy no basta con querer o con tener talento. La intención sin ejecución es solo ilusión. El propósito sin disciplina no genera resultados. Los sueños sin pasos concretos solo se quedan en ideas bonitas.
Desde edades tempranas debemos enseñar y practicar:

• Responsabilidad en acciones cotidianas, como asumir un compromiso escolar o apoyar en casa.

• Gestión emocional, como reconocer errores y aprender de ellos.

• Colaboración activa, participando en proyectos escolares o comunitarios.

Cada una de estas experiencias, cuando se vive con intención, se transforma en una habilidad clave para el trabajo del futuro.

¿Qué es tener mente de niño en el mundo laboral?


Tener mente de niño no es inmadurez. Es actitud. Es mantener viva la curiosidad, la humildad para aprender y el entusiasmo por avanzar. Es ver el error como parte del juego. Las personas con mente de principiante se adaptan más fácil, aprenden más rápido y se reinventan con agilidad.

Ejemplos reales de empleabilidad con mente de niño:

• Un joven que crea su portafolio y se lanza como freelance tras su servicio social.

• Una persona que aprende una herramienta digital por su cuenta y la aplica en su empleo.

• Un estudiante que lidera una colecta o evento, desarrollando habilidades de gestión.

Fragmenta tu meta. Celebra cada paso.


Una meta grande puede intimidar, pero dividida en pequeñas acciones se vuelve alcanzable. Si tu objetivo es obtener un mejor empleo, comienza por actualizar tu CV, luego investiga sobre tu sector, toma un curso corto y conecta con otros profesionales. Cada paso cuenta. Cada paso se celebra.

Reconocer tus avances refuerza tu motivación y entrena tu mente para seguir creciendo.

Educar para emplear: el poder del ejemplo

Enseñar a ser empleable es enseñar a vivir con propósito. A construir, aportar, colaborar y mantener una ética basada en el respeto, la constancia y la creatividad.

Recuerda siempre:
• Quien aprende cada día, está un paso adelante.

• Quien se adapta al cambio, no se queda atrás.

• Quien escucha con atención, lidera con empatía.

• Quien toma decisiones con criterio, genera confianza.

• Quien se comunica con claridad, se conecta mejor.

• Quien actúa con integridad, deja huella.

Y todo eso se siembra desde casa, con conversaciones cotidianas, con reglas claras, con rutinas que enseñan y con mucho amor.

El propósito sí paga


Tener un propósito claro, trabajar en ti mismo, mantenerte con mente de aprendiz y actuar cada día con pequeños pasos te hace avanzar más lejos de lo que imaginas. Sí hay oportunidades de empleo. Sí hay espacio para quien quiere aprender, aportar y crecer. Pero necesitas moverte. Necesitas construir. Necesitas ejecutar.

Empieza por ti. Vuelve a conectar con lo que te mueve, pregúntate a dónde quieres llegar y da hoy ese primer paso. Porque el futuro que sueñas no se alcanza con intención, sino con acción.