La era de la salud mental
Cuidar el bienestar emocional de los trabajadores no solo es una responsabilidad moral, sino también una inversión inteligente para cualquier empresa
]Quienes nos dedicamos día a día al negocio de la manufactura, hemos atravesado en algún momento un momento difícil en el que nuestra salud mental podría verse comprometida.
Sucede al nivel de piso de producción, en las oficinas y en los niveles de alta jerarquía. Esto se puede ver reflejado en un bajo rendimiento, desinterés, explosividad o irritación ante la menor provocación.
Sin embargo, este espectro de incertidumbre nos da la oportunidad de comprendernos y reflexionar lo importante que es la salud mental en nuestro trabajo, pues nuestra industria no solo se trata de producir y vender, es toda una red donde convivimos personas, seres humanos con una infinidad de preocupaciones, metas por cumplir, ambiciones, frustraciones e historias personales.
Cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha que nos recuerda la importancia de abordar un tema que, en muchas ocasiones, pasa desapercibido en la esfera laboral.
Según datos del Foro Consultivo, el 17% de los mexicanos enfrenta al menos un trastorno mental, que puede abarcar desde fobias, depresión, hasta adicciones como el alcoholismo y el tabaquismo.
La relación entre la salud mental y la industria es bidireccional, pues esta misma estadística señala que una de cada cuatro personas experimentará un trastorno en algún momento de su vida, y el trabajo tendrá un papel determinante.
Por un lado, un ambiente laboral estresante o poco saludable, puede contribuir al desarrollo de problemas como depresión, insatisfacción, burnout, y larga lista de consecuencias. A la vez, que estos problemas no tratados afectan negativamente el área trabajo, el rendimiento y la satisfacción.
Entonces, ¿cómo podemos abordar este desafío? En primer lugar, las empresas debemos reconocer que la salud mental de nuestros empleados es una prioridad e involucrarnos es parte de nuestros propios procesos internos.
Esto implica no solo brindar acceso a recursos y programas de apoyo, como asesoramiento psicológico y sesiones de mindfulness, sino también fomentar una cultura organizacional que destigmatice las conversaciones sobre salud mental y promueva el equilibrio entre trabajo y vida personal.
Además, es fundamental que los empleados se sientan respaldados y alentados a buscar ayuda cuando la necesiten. La comunicación abierta y el apoyo de los superiores y compañeros son elementos clave para garantizar que aquellos que enfrentan desafíos no se sientan solos ni enjuiciados.
La salud mental es un tema que no puede ni debe ser ajeno a ninguna industria, cuidar el bienestar emocional de los trabajadores no solo es una responsabilidad moral, sino también una inversión inteligente para cualquier empresa.