México cuenta con alta experiencia en el desarrollo de manufactura para sectores como el automotriz y electrónico, lo que atrae la confianza de inversionistas extranjeros por desarrollar clusters del sector aeroespacial en nuestro país.
En particular regiones como Querétaro han sido seleccionadas por este sector para ubicar sus operaciones productivas, ello gracias a su infraestructura industrial y educativa, población calificada, políticas de desarrollo económico y un aeropuerto moderno con potencial de crecimiento. Tan sólo en la última década, empresas como Bombardier Aerospace han invertido más de 300 millones de dólares en Querétaro para desarrollar el sector aeroespacial.
Dicha industria mexicana es el sexto proveedor del sector aeroespacial de Estado Unidos. El sector es aún muy joven y se satisface mayormente de proveeduría de partes importadas, lo que abre un enorme potencial para que empresas mexicanas impulsen y atiendan este nuevo mercado.
En los últimos años ha crecido la instalación de empresas especializadas en el sector aeronáutico en los estados de Baja California, Sonora, Chihuahua, Nuevo León y Querétaro. Eurocopter y Safran Group son algunas de las empresas aeroespaciales que han incrementado su operación en nuestro país; estas empresas realizan tanto diseño, ingeniería, manufactura de piezas, mantenimiento, ensamble, y reconversión de aviones.
Sin embargo, el crecimiento de estas empresas es tan acelerado que producen con poco contenido nacional, lo que resulta en una disminución del impacto del crecimiento de la industria en la economía mexicana. Según reportes de Forbes en 2014, solamente una quinta parte de la industria aeroespacial de México se conforma con empresas mexicanas que abastecen principalmente nivel tier 3.
De acuerdo con la Federación Mexicana de la Industria de la Aviación y la Secretaría de Economía, en 2014 las exportaciones mexicanas del sector representaron de 6 mil 366 millones de dólares, con un crecimiento del 17% en los últimos 10 años; no obstante el superávit de la balanza comercial del sector fue de tan sólo 950 millones de dólares.
Con datos de la Organización Mundial de Comercio, el bajo valor del superávit del sector puede explicarse por la creciente importación de aeronaves y su partes, que son empleados tanto para la producción del sector como para el abastecimiento del mercado aeronáutico nacional. En 2014, con datos de publicaciones especializadas del sector aeronáutico europeo, se estimó que México cuenta con la tercera mayor flota de jets privados a nivel mundial, 50% del tamaño de la flota registrada en Estados Unidos.
Existen grandes retos por atender, sin embargo México cuenta con ventajas para impulsar el crecimiento del sector, como disminución de costos a través de la sustitución de importaciones, ubicación estratégica para continuar abasteciendo al mercado estadounidense y contar con tratados de libre comercio con Estados Unidos y la Unión Europea, lo que proporciona mayor estimulo a inversionistas para atender un mercado en creciente demanda.
El gobierno mexicano estima que para el 2020 nuestro país pueda convertirse en el décimo país a nivel mundial productor del sector aeroespacial, generando alrededor de 110 mil empleos por lo que se prevé una inminente necesidad de incrementar la proveeduría local del sector.