A la expectativa
¿Qué sucede con la industria manufacturera automotriz ante la renegociación del TLCAN?
La posible propuesta de establecer un contenido regional automotriz del 85% en la región del TLCAN, pero con un contenido estadunidense de 50% en vehículos pesados y ligeros afectaría a diversos grupos automotrices con operaciones en nuestro país como lo son Mazda, Fiat-Chrysler y Volkswagen. Con datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, actualmente los modelos que estas armadoras ensamblan en nuestro país solamente cuentan con un contenido de autopartes de origen estadounidense de 29.6 %, 21 % y 20.8 %, respectivamente.
Dentro de la incertidumbre del proceso de renegociación del TLCAN existe la posibilidad de que el arancel vigente de 0% tanto para vehículos ligeros y pesados pueda incrementarse a 2.5% para vehículos ligeros y de 25% para pesados. Armadoras como Chrysler anticipando una posible modificación en los aranceles aplicables en Norteamérica ha anunciado que está considerando trasladar la producción de sus modelos Pick Ups a Estados Unidos. Probablemente la decisión considerará como uno de los elementos a revisar la incertidumbre que persiste en torno a la renegociación del TLCAN y que sin lugar a dudas pueda representar un incremento en el precio de venta de sus camiones fabricados en Coahuila al momento de ser comercializados en Estados Unidos.
La postura de la industria automotriz mexicana en voz de la AMIA señala que un aumento en el contenido regional a 85% en el corto plazo es muy complicado de conseguir, la diversidad de componentes que un auto requiere hace imposible que éste pueda tener un contenido regional tan elevado y peor aún si dentro del marco de renegociación del TLCAN éste porcentaje de contenido busca beneficiar a una sola de las partes – la propuesta de la administración Trump busca exigir un contenido estadounidense de mínimo 50% para esta industria en Norteamérica-. Si se pretende un alto contenido regional en Norteamérica las armadoras deberán frenar la utilización de componentes automotrices provenientes de China y de Europa y simultáneamente cambiar toda la cadena de suministro de una manera eficiente; proceso complejo que implicará el desarrollo de nuevos proveedores en cada país.
La industria mexicana automotriz debe ejercer una fuerte presión ante el gobierno mexicano para velar por un acuerdo que no sea en detrimento de las cadenas productivas logradas en casi el 30% de los estados del país. En caso de no lograr un acuerdo benéfico para México, la misma industria deberá trabajar con la administración federal mexicana para buscar incrementar la actual competitividad del sector y atraer inversión extranjera directa al sector que atienda tanto el mercado local como los otros mercados con los que nuestro país mantiene acuerdos comerciales.