Roberto Garza, gerente de compras de Ball Monterrey explicó que tras cumplir el plazo de garantía que estipulaba la maquinaria que la empresa adquirió, es que están en busca de proveedores locales que les ayuden a reducir los costos, ofreciendo calidad y precios competitivos.
Refacciones, consumibles de todo tipo, tornillería, seguridad y servicios de mantenimiento son algunos de los requerimientos de proveeduría que la compañía pretende localizar localmente.
Dedicada a la manufactura de latas de aluminio para la industria alimenticia, es decir, cervecerías y refresqueras, Ball compra su materia prima a proveedores internacionales por acuerdos preestablecidos.
Garza explicó que, para elegir a sus proveedores de materiales indirectos, consideran aspectos básicos, como su estatus legal y financiero, hasta su interés por desarrollarse y unirse al programa Immex.
“Buscamos empresas establecidas, con años de experiencia, que cuenten con una certificación ISO 9000, que cumpla con las condiciones comerciales que nosotros necesitamos como lo es contar con un crédito suficiente, cortos tiempos de entrega, productos de calidad y respuesta inmediata a nuestras necesidades”, detalló el gerente de compras.
Cuando Ball busca un nuevo proveedor se realiza una evaluación sobre las necesidades que los usuarios requieren y se comienza a revisar si alguno de los proveedores en cartera puede ofrecer el servicio. De lo contrario, el equipo de compras busca a nuevos proveedores para realizar un proceso similar a una licitación y elegir a la empresa adecuada.
Se estima que durante éste 2018, la empresa espera incrementar el porcentaje de proveedores locales para MRO hasta en un 30 por ciento.
“Muchas cosas que las puedes encontrar aquí en México las estamos trayendo desde Tennessee o Nueva York, lo que representa un costo logístico muy grande”, explicó Garza.
El directivo señaló que existe aún mucho camino por recorrer para las empresas proveedoras, principalmente las pymes, pues hay resistencia a ideas como integrarse al programa Immex o incluso incrementar el plazo del crédito para los servicios que, en Ball, es de 90 días.
“Ese es el reto al que nos hemos enfrentado en México, porque los proveedores no saben y no creen que funciona y eso nos ha detenido, ¿entonces qué hacemos? Seguimos comprando en Estados Unidos”, señaló Garza.