Es sabido que el ruido es uno de los contaminantes más omnipresentes en la actualidad, resultante del desarrollo productivo y social del hombre; sin embargo, es menos sabido que el término “Ruido” no es más que una calificación del sonido, una de las formas de energía que podemos percibir mediante nuestros sentidos -en este caso, mediante el oído- y, como todas las formas de energía, presenta para el ser humano un grado a partir del cual comienza a ser perjudicial. El Ruido es, simplemente, un Sonido que nos resulta desagradable.
Entre los riesgos laborales a que están expuestos los trabajadores/as, el ruido es uno de los más frecuentes, y sin embargo es de los menos temidos.

Parece ser que el ruido se ha incorporado al medio laboral como algo ‘normal’, algo a lo que se llega a considerar como ‘habitual’ y que se pretende ‘acostumbrar’, mientras que va lesionando en el día a día durante sus actividades de un trabajo, en el que se lucha por un salario digno, para una adecuada calidad de vida, pero que ésta va siendo agredida a causa del deterioro continuo de la salud.
En las actividades productivas, la Hipoacusia Perceptiva (disminución de la audición ) inducida por exposición al ruido se presenta en el mediano o largo plazo, de modo que cuando es posible identificar sintomatología indicadora de la aparición de la enfermedad, lo perdido es irrecuperable

El ruido es una de las principales causas de preocupación entre la población de las ciudades, ya que incide en el nivel de calidad de vida y además puede provocar efectos nocivos sobre la salud, el comportamiento y actividades del hombre, y provoca efectos psicológicos y sociales.
En términos generales el 80% del nivel medio de ruido, es debido a vehículos a motor, el 10% a las industrias, el 6 % a ferrocarriles y el 4 % a bares, locales públicos, etc.
El ruido se puede considerar como un componente aditivo de la tensión nerviosa. Se puede manifestar en alteraciones como modificación del ritmo cardiaco, aceleración de la respiración, aumento de la presión y vasoconstricción periférica, modificación de los movimientos peristálticos del estómago y del intestino, lo que puede provocar náuseas y vómitos, disminución de la secreción salivar, alteraciones del tono muscular y dilatación de la pupila.

Para algunas tareas, el ruido supone una sobrecarga, y con ello el aumento del número de errores y un aumento de la posibilidad de accidentes, además de una disminución del rendimiento, y deterioro de los resultados.
La actitud preventiva que ofrece mejores posibilidades de efectividad es la prevención primaria actuando antes de la aparición del daño.
El control de la salud supone una actividad preventiva de forma secundaria, enfocada a detectar las lesiones lo más pronto posible. Por lo tanto la detección del daño ya causado supone que ha fallado el primer nivel preventivo y sirve para actuar en segunda intención.

LA EFECTIVIDAD LABORAL Y EL RUIDO

El ruido puede provocar degradación en:

  • Tareas de vigilancia.

  • Tareas mentales complejas.

  • Tareas que requieren habilidad y destreza.

  • Tareas que requieren altos niveles perceptivos.

  • Tareas psicomotrices complejas.



Síntomas sicosomáticos que son atribuídos al ruido

  • Astenia (cansancio o fatiga).

  • Irritabilidad o tensión.

  • Cefaleas.

  • Dificultades para dormir y trastornos del sueño.

  • Subirrigación sanguínea (palidez).

  • Lumbalgias (dolor de espalda).

  • Trastornos digestivos (nauseas, úlcera gastroduodenal...).

  • Zumbidos.

  • Impotencia.

  • Malestar general




 

Contacto

Dra. Esperanza Treviño
med_trabajo@yahoo.com.mx