Continuamente se amplían los rangos de aplicación y los lugares donde se utilizan en nuevos procesos en empresas del ramo automotriz, aeroespacial, electrónico, bienes de consumo, medicina y entretenimiento, entre muchos otros, por lo que en consecuencia, nuevos operadores se exponen a riesgos no conocidos por ellos.
Mauricio Rosales Riveroll, Gerente General de Primross, empresa que ofrece soluciones para los procesos de manufactura y control de calidad, expresó que existen varios riesgos asociados a la operación de un equipo láser, desde una simple quemadura, hasta pérdida de la vista en algunos casos, por lo que es necesario preparar al personal involucrado en la operación, supervisión y mantenimiento del equipo, sobre las medidas necesarias para trabajar con ellos de manera segura.


“El rayo láser es una fuente de radiación no ionizante creada para la afectación directa de los materiales en una longitud de onda definida para cada uno de ellos. En otras palabras, es una fuente de luz de muy alta intensidad y muy concentrada en un punto.”, dijo al explicar que la longitud de onda es inherente al tipo de láser de que se trate.
Por ejemplo, el láser de gas CO2 trabaja a 10600 milésima de centímetros (nm) y el Nd:YAG en 1064 nm por hablar de los tipos más populares en la industria. En principio, esta longitud de onda no se puede variar en el equipo, mientras que la intensidad es controlable en la mayoría de los casos y depende de cada proceso para definirse.


El cuerpo humano es vulnerable a la incidencia de ciertos láser y bajo ciertas circunstancias en las que la exposición puede resultar en el daño del ojo y la piel. Lamentablemente el rayo láser trabaja en longitudes de onda que en algunos casos el ojo humano no puede ver y que, sin embargo, si llega a afectar a la persona expuesta a esta radiación.
“Esta afectación puede ir desde una pequeña quemadura en la piel hasta la pérdida total de la vista. Y no es necesario que la exposición ante el láser sea de manera directa, nadie en su sano juicio pondría la cara frente a un rayo láser, sino que también el rayo reflejado sigue siendo dañino. Es importante notar muy buena parte del procesamiento de materiales con láser se hace en superficies metálicas, que son especialmente reflejantes y eso, los operadores no lo toman en cuenta y que afectan también a las personas que se encuentren cerca de la fuente y que por lo regular dirigen su vista al punto del proceso”, recalcó Rosales.


Otros riesgos asociados a la operación de equipos láser son relativos a la alimentación eléctrica de alto voltaje, el manejo de gases que se desprenden del proceso y los sistemas automatizados para la manipulación de componentes, entre otros.
“Por desgracia muchas empresas, con el afán de reducción de costos, o por simple ignorancia, e incluso promotores de láser en exposiciones industriales no toman en cuenta estas medidas de seguridad y ponen en riesgo a sus operadores y a sus colaboradores cercanos al estar estos trabajando por horas expuestos al rayo láser (muchos de ellos Clase IV) sin las medidas de seguridad requeridas, como pueden ser, paredes, barreras de protección, ventanas filtradas, cortinas y lentes”, expresó Rosales quien señaló que la cultura de seguridad y educación en láser debe ser entendida por las empresas productoras, las autoridades relacionadas con las seguridad laboral y aquellos proveedores de equipos que promueven su uso en la industria.



Algunos de los riesgos asociados a a la operación de equipos láser son relativos a la alimentación eléctrica de alto voltaje, el manejo de gases que se desprenden del proceso y los sistemas automatizados para la manipulación de componentes, entre otros.