Título de uno de los videojuegos en “voge” de las nuevas (y de las ya no tanto) generaciones, seguramente muchos de ustedes amables lectores, ya lo han jugado, o por lo menos han oído hablar de él, quizás han visto como sus hijos, sobrinos, hermanitos o algún chiquitín cercano invierte horas y horas a superar cada uno de los niveles de tan retador juego. De manera personal, debo de confesar que recientemente pude “echarle el guante” a la versión para el teléfono celular y una vez descargado, no he podido parar de visitar este universo paralelo que me tiene al filo de la butaca.

Y bueno, estaba yo inmersa en una batalla campal que a simple vista pudiera verse tan dispareja y sumamente injusta, porque no habrán ustedes de negar, que el hecho de que unos inofensivos girasoles, guisantes voladores, papas gigantes, hongos minúsculos y podadoras, parecieran estar destinados al fracaso ante hordas interminables de zombis hambrientos, que no conformes con superarlos en número, cuentan con una apariencia terrorífica (que no les ayuda mucho a reivindicar su reputación) y que además arremeten contra las pobres plantitas, montados en avasalladoras máquinas, saltando en garrocha y nadando con delfines. Ante semejante escenario, cualquiera pudiera claudicar antes de siquiera empezar y nadie pudiera recriminar tal acto de simple y llana supervivencia.
Sin embargo, si nos animamos a embarcarnos en el primer “asalto”, armándonos de valor, reuniendo todas las fuerzas posibles, pudiéramos encontrarnos con una muy agradable sorpresa: si la estrategia es correcta, si estamos dispuestos a asumir el compromiso y logramos superar nuestros miedos, somos capaces de sobrevivir al más terrible de los escenarios y contra todo pronóstico, somos capaces de salir triunfadores.

Así que mientras jugabas y arriesgaba la “vida” entre el jardín y el patio de la casa que me tocaba defender, no pude evitar darme cuenta de la increíble relación que guardan las plantas y los zombis con el entorno de negocio que nos toca vivir día con día y con la única manera en que podemos ser exitosos: las sinergias, el trabajo en equipo, la correcta planeación y sobre todo la buena voluntad de aprender de los errores así como continuar trabajando hombro con hombro por un mismo objetivo. Tal es el caso por ejemplo de los clusters de las diferentes industrias que se encuentran en nuestra región, todos ellos altamente activos y participativos.
Recientemente tuve oportunidad de reunirme con el cluster de electrodomésticos y fue sumamente agradable y muy sorprendente para mí, el ver como en esta asociación se encuentran registrados no solo fabricantes de equipos originales, sino también empresas proveedoras, y digo sorprendente porque normalmente (y no me dejarán mentir) en el “ring” de las negociaciones del mundo de la cadena de suministro, se encuentran en una esquina los compradores y en la otra los vendedores, y cada uno de nosotros (dependiendo de la esquina en que nos toque participar) armamos nuestra propia estrategia secreta y establecemos contratos multianuales, compromisos de largo plazo siempre con cautela y elevando nuestras oraciones al cielo, esperando que todo salga bien, cruzando los dedos, deseando que la estrategia del equipo contrario, no incluya nuestra desventura. Sin embargo, en la mesa de trabajo de dicho cluster, se sientan a discutir abiertamente proveedores y fabricantes, en un ambiente tanto de confianza como de total apertura.

En la emisión anterior hablábamos de la importancia del desarrollo en los controles y sistemas de calidad, en asegurar la repetitividad, el cumplimiento en las entregas, en fin, todas aquellas prácticas que nos permitirán seguir creciendo y mantenernos dentro de la batalla. Los miembros del cluster de electrodomésticos no solo están de acuerdo, sino que han puesto manos a la obra y trabajan de lleno en este tema, todos luchando por un mismo objetivo. Nuestras más amplias felicitaciones y reconocimiento por tan importante y trascendental labor, crucial para nuestra comunidad y para nuestra amada ciudad, este tipo de proyectos no sólo aseguran los empleos existentes dentro de las empresas participantes, sino que genera un derrame económico indirecto y la generación de nuevas fuentes de trabajo, con este tipo de iniciativas, comprobamos sin duda alguna, que muchas plantitas sincronizadas, enfocadas y esforzadas hacia un mismo objetivo, pueden resultar triunfantes ante cualquier embate de zombis, sin importar cuán feos sean.

Un efusivo y caluroso abrazo a todos los lectores de Somos Industria en este hermoso mes veraniego.