Después de casi 250,000 kilómetros recorriendo los caminos de México, Franky, espera apoyar la creatividad e incentivar a los jóvenes a involucrarse en el sector automotriz.
Maru Escobedo, CEO de BMW Group México ofreció a Franky al equipo de Planta San Luis Potosí, considerando que sería un excelente maestro para los aprendices, quienes podrían aprender tecnología del automóvil durante el proceso de restauración.
“Me llena de emoción saber que Franky, uno de los primeros BMW que tuve la oportunidad de manejar, será restaurado y lo conservaremos como parte de la historia de BMW en México”, dijo Escobedo, quien inició su carrera en BMW trabajando en la Planta de Lerma en 1997.

La historia de Franky
En 1994 cuando fue inaugurada la Planta de ensamble de BMW en Lerma, Estado de México, se utilizaba un sistema de manufactura conocido como SKD (semi knock down), en el que se recibían las carrocerías ya pintadas que se enviaban desde Alemania para posteriormente montar todos los componentes que forman parte del vehículo.
Cuando la cuarta generación del BMW Serie 3, internamente conocida como E46 inició su producción en México para el año modelo 1999, es donde inicia la historia de “Franky”. Cuando la carrocería en color Titan-Silber llegó a la estación de la línea de ensamble en donde se colocaba el parabrisas, el personal experto de la Planta de Lerma descubrió que algo no estaba bien, pues durante el transporte desde Alemania la carrocería había sufrido una ligera deformación.
La base del pilar A del lado izquierdo estaba unos milímetros fuera de posición, lo que hizo imposible vender este vehículo a un cliente. Para entonces el vehículo ya estaba casi totalmente ensamblado y se tomó una Planta San Luis Potosí decisión que salvó a Franky para las generaciones futuras: En lugar de destruir el automóvil, se decidió terminar de ensamblarlo y asignarlo a la flotilla de BMW de México.
Y desde hace más de 20 años, Franky empezó a ser usado por los empleados de BMW. Con incontables recorridos entre Lerma y la Ciudad de México, visitas a distribuidores y otras múltiples tareas de la empresa, Franky se convirtió en un colega más de los empleados de BMW de México. Mientras el resto de las unidades de flotilla eran vendidos y sustituidos, Franky permanecía en la flotilla. Fue en esos años cuando ganó su apodo, en honor al personaje de la novela de Mary Shelley, el monstruo del Dr. Frankenstein, debido a la desviación en las dimensiones de su carrocería.