Recientemente, los bancos centrales de países emergentes del mundo han incrementado sus posiciones en oro (México por ejemplo compró 5,300 millones de dólares de las reservas), no para esperar un rendimiento, sino para protegerse de los shocks externos. No obstante, de acuerdo a datos del FMI se siguen manteniendo en dólares alrededor del 50% de las reservas de los países emergentes, mientras que las economías desarrolladas mantienen aproximadamente el 60%.
Asimismo, los bonos del Tesoro siguen mostrando una gran demanda como consecuencia de la aversión al riesgo, a pesar de la rebaja en la calificación. Al parecer los capitales que salen de mercado accionario y de deuda corporativa van hacia el oro, el franco suizo, el yen y paradójicamente a los activos del Tesoro, donde está la fuente actual de la incertidumbre.

¿Cambiaremos de moneda de uso internacional? Es poco probable, el franco que es refugio seguro ha sido intervenido por su banco central para evitar mayores pérdidas de sus reservas, por su parte el yen constituye una divisa de una economía debilitada (recientemente China le ganó el segundo puesto en el ranking global) y tiene una deuda que en porcentaje del PIB que es aun mayor a la de EU. El euro tampoco es opción, por las dificultades que atraviesan los países de la periferia de Europa con sus altos déficit fiscales y programas de austeridad.
Queda el Patrón Oro, en donde se fijaban los tipos de cambio en función a la cantidad de oro que se tenía, pero demostró desde hace mucho tiempo ser altamente ineficiente por las fluctuaciones en su precio internacional.

¿Qué se espera? Seguramente el dólar seguirá siendo la moneda en la que se coticen los commodities y las demás divisas (todos los tipos de cambio cotizan directamente contra el dólar), pero seguramente se verá un escenario un poco más equilibrado en términos de tenencia de dólares como reserva internacional.
También como consecuencia de la incertidumbre y desaceleración se verá un menor crecimiento en la economía de EU y la recuperación tenderá a alargarse aun más. De igual forma, la economía de EU podría dejar de ser la más grande del mundo en diez años tomando en cuenta las condiciones actuales, cediendo su lugar a China que a pesar de los problemas que tiene al interior sigue creciendo a tasas elevadas.

El nuevo escenario económico
Las bolsas y los futuros cotizan con cuantiosas pérdidas, mientras que la mayoría de las divisas se deprecian contra el dólar por la salida de capitales. Por su parte, el oro y el franco suizo (activos refugios contra el riesgo) alcanzan niveles máximos históricos.
¿Qué se puede esperar? Al parecer la confianza no se recobrará pronto y por lo mismo los pronósticos de crecimiento se han reducido. México al estar muy correlacionado con la economía de EU también se verá afectado, por lo que el crecimiento esperado para este y el siguiente año también se reducirá. Asimismo, se espera que la volatilidad continúe en el mercado cambiario y que las bolsas terminen el año con pérdidas. Escenario nada optimista pero realista.

No se ve un panorama en donde pueden mejorar rápidamente las cosas, pero tampoco se espera una nueva recesión (el PIB puede caer durante un trimestre, pero es poco probable que lo haga durante dos trimestres consecutivos). Como consecuencia las proyecciones del tipo de cambio también se han modificado a la alza. Para el tercer trimestre se espera un promedio de 11.80 pesos por dólar (antes 11.65) y para terminar el año de 11.90 pesos. De igual forma, se aconseja tomar coberturas para evitar los movimientos erráticos producto de las noticias internacionales y guardar cautela si se quiere invertir.

Gabriela Siller Pagaza, PhD , Directora de Análisis Económico y Financiero, BASE Casa de Bolsa, gsiller@base.com.mx