The Mexican Moment
Carlos Muñoz y staff editorial de 4S
Proponer una postura así de radical requiere un profundo estudio sobre la situación real interna y externa de México y se ha criticado que Friedman sólo se centró en escenarios particulares. A pesar de que se encuentran estadísticas poco alentadoras acerca del descenso en los indicadores del PIB, como las del INEGI y el Banxico, hay razones de peso que explican el actual atractivo económico de México.
La estabilidad macroeconómica nacional que proyecta México en un entorno mundial caracterizado por la deuda es una de las razones fundamentales. El país está en ventaja porque por un lado encontramos a Estados Unidos que no logra salir de la crisis, y por otro a Europa sumida en depresión así como los países BRIC experimentando desbalances económicos e inflación. Y aunque estas situaciones afectan a México, el país ha logrado equilibrarse en el mercado mundial al lograr mantener un crecimiento de 4% anual.
Otra razón importante es la de índole política a través de las reformas y aspiraciones que se están gestando en México gracias a la firma del Pacto por México. Entre ellas destacamos las que ya se están implementando: la reforma educativa y la de telecomunicaciones. Si bien, la reforma educativa comenzará a reflejar resultados hasta dentro de una década, la reforma de telecomunicaciones ya representa una oportunidad excelente para la alianza con compañías mundiales y la aceptación de la prensa internacional.
Además, con los 44 Tratados de Libre Comercio firmados con diversos países, dos veces más que los de China y cuatro más que los de Brasil, el país ha logrado a través de ProMéxico consolidar 437 proyectos multianuales de Inversión Extranjera Directa. Dichos proyectos se encuentran mayormente en las industrias automotriz, aeronáutica, electrónica, de energías renovables, turismo y bienes habitacionales. Ahora México está compartiendo parte del mercado manufacturero de Asia y realizando más exportaciones que toda América Latina junta, impulsando el desarrollo económico y social del país.
Uno de los principales escenarios que demuestra que sí estamos en el momento de México es la zona del Bajío, la cual se está convirtiendo en el nuevo corazón industrial de México y aspira a ser el centro manufacturero de América Latina. Ahí residen dos principales detonadores de la economía mexicana: la industria automotriz y la aeroespacial. Ambos sectores se han convertido en principales generadores de la economía del país puesto que sólo el año pasado captaron el 11% de la IED de toda la nación.
México se ha convertido en primer proveedor de vehículos ligeros y autopartes de Estados Unidos así como el octavo productor mundial. En el sector aeronáutico se considera un referente obligado ya que sólo ocho países en el mundo construyen aviones. El auge se debe a que las compañías extranjeras encuentran en México y la zona del Bajío presenta un clima de tranquilidad y certidumbre con estabilidad económica, política, además de una ubicación que permite estar interconectado y protegido de fenómenos naturales.
Como resultado de este momento, Jim O’Neill estima que la economía de México podría colocarse como la séptima del mundo hacia 2020 y el Fondo Monetario Internacional prevé que México crecerá un 3.4% durante el 2013, por encima de Brasil y otros países del primer mundo. Estas predicciones confirman que México está en el momento preciso, su situación es la adecuada para aventurarse a invertir en él, y la capacidad de las industrias prometen no sólo la mejora de la economía nacional, sino la colocación de nuestro país en la mira mundial.
Y bien, ¿qué estamos haciendo nosotros para aprovechar el momento de México?