Uno de los retos a los que recientemente nos enfrentamos es precisamente la llegada de inversión extranjera en México, que a manera de referencia, les comento que solo en el estado de Nuevo León en este pasado 2012, se invirtieron 2.5 billones de dólares, de los cuales el 70% son resultado de la expansión de empresas extranjeras ya establecidas con anterioridad, es decir, empresas que ya estaban operando desde hace tiempo, decidieron expandirse debido al crecimiento de sus demandas, esta cantidad de inversión es récord en la historia del estado.
Por otro lado, observemos las inversiones hechas por los OEM’s en la industria automotriz:
Cifras en millones de dólares
Las cifras mencionadas lo que nos indican son varias cosas, la más importante es la creación de empleos directos, qué tanto necesitamos en nuestro amado país, otro indicativo y es el que quisiera que analizáramos con más detalle, es la generación de empleos indirectos a través de la demanda de estas empresas a la base de proveedores mexicanos, en otras palabras, la llegada y/o expansión de los monstruos internacionales, se deriva en una mayor necesidad de materias primas, productos y servicios de la industria mexicana, y es ahí donde viene la complejidad, porque con los estándares de calidad y todos los requisitos de compra que la gran mayoría de estas empresas de clase mundial demandan, resulta que NO todos los proveedores mexicanos están preparados para esto. En varios artículos anteriores hemos hablado de “ejecución” de “enfocarnos en las oportunidades” de estar “atentos”, entre otros aspectos claves, y justamente, llego el momento, para ser más específicos, imaginemos a la base de proveeduría nacional como una gran pirámide, donde el pico superior esta compuesto por empresas altamente reconocidas, con tecnología de punta, líderes en su nicho de mercado, sistemas de calidad robustos, ampliamente experimentados en la exportación directa e indirecta, pero estas empresas “elite” son finitas, de tal manera que cuentan con una capacidad limitada de producción y de crecimiento, que definitivamente será superada y por mucho por la nueva demanda, y es justo ahí donde aparece la complicación o el reto, según lo queramos visualizar.
Definitivamente que si decidimos verlo como un reto, es una gran oportunidad para las empresas que forman el “cinturón” de la pirámide -a la que hicimos mención hace un momento-, todas aquellas empresas que saben hacer las cosas, que cuentan con mano de obra calificada, tienen la experiencia necesaria, pero necesitan poder probarlo, necesitan tener la capacidad de replicar el control en sus procesos, de documentar cada una de sus operaciones y mantener una calidad tanto estable como repetitiva, por lo que el reto mayor, desde mi personal punto de vista, está en los compradores y desarrolladores de proveedores, es en nosotros donde recae la enorme responsabilidad de saber distinguir al diamante en bruto que nos podrá llevar a la feliz playa del suministro, en un escenario de ganar-ganar para todos, para así poder gozar de los beneficios de un proveedor local que hable nuestro idioma, y nos permita sostener reuniones en horarios saludables (por aquello de las conferencias a la mitad de la noche con el país del sol naciente) y lo más importante, que nos permita aportar crecimiento para México lindo y querido.
¡Reciban un enorme saludo y un gran abrazo con mis mejores deseos para este maravilloso y prometedor 2013!
Alba Nelly Peña
apena@prodensa.com.mx