Como parte de orientar a los futuros empresarios de Nuevo León y México, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), puso en marcha su incubadora de negocios hace más de 12 años en el campus Monterrey, convirtiéndose en la primer Universidad en Latinoamérica en realizar este tipo de servicio. Al paso de los años la incubadora consiguió afianzarse en todos los campus de la República Mexicana, a tal grado de ser certificada por la Secretaría de Economía del país. Hoy en día el servicio se encuentra enfocado a toda persona interesada en crear su propio negocio, ya sea estudiante o egresado del ITESM, e inclusive dirigido a personas que no tengan ninguna conexión con la institución educativa.
Este modelo brinda la oportunidad de orientar a todo el interesado en establecer su propia empresa, enseñándoles cómo comercializar dentro del mercado. No obstante el proceso conlleva a ciertos pasos para conseguir el objetivo, iniciando con una sección de inducción donde se le explica al emprendedor las funciones del organismo. Tras este comienzo el organismo les asigna un tutor a los emprendedores, acorde al perfil de la persona y proyecto a elaborarse. Dichos consultores no forman parte de la institución educativa, sino son empresarios con experiencia dentro del mercado nacional e internacional, que buscan orientar a los nuevos inversionistas a vincularse con los contactos necesarios para su negocio. “El tutor va a ser el estratega y te va a decir cómo comercializar, con quién te tienes que vincular para poder empezar a realizar tu negocio”, mencionó Víctor Melgarejo Z, Director de la Incubadora del ITESM.
Una vez que el tutor entra en acción, también lo hacen los asesores especializados por área de trabajo, es decir, personas enfocadas en recursos humanos, mercadotecnia, redes sociales, finanzas, entre otros más. Éstos comienzan a trabajar con el emprendedor, con el objetivo de ahondar más en los temas de cada rama que conforman una empresa. Dicho proceso se le conoce como pre-incubación, etapa donde los nuevos empresarios necesitan elaborar un plan de negocios. Una vez elaborado el antes mencionado se realiza una sesión de evaluación por parte del consejo de la Incubadora, dando luz verde a los emprendedores para iniciar el periodo de las ventas, proceso conocido como incubación. En esta etapa el emprendedor tiene como objetivo iniciar la comercialización de su producto, así como también el posicionamiento de la marca en el mercado, siendo ahora asesorados por un tutor con un perfil en ventas.
Al finalizar el proceso de incubación, es decir una vez que la empresa ya creció en el mercado local, se encuentra la etapa de post-incubación, tiempo en que se vislumbran las estrategias para entrar en campos nacionales e inclusive mejorar sus procedimientos tecnológicos en la elaboración de sus productos. No obstante a pesar de que el ITESM cuenta con incubadoras en todos sus campus, cada división presenta distintos organismos, contando tres clases de la misma en existencia, conformadas por tecnológico intermedias, sociales y la de alta tecnología. Las primeras dos se encuentran en todos las instituciones educativas, mientras que la tercera tan solo está en algunas del país. En el caso del campus Monterrey, cuenta con los tres tipos de incubadoras, siendo la de alta tecnología la que más destaca junto con tecnológico intermedias. La primera va dirigida a los emprendedores que poseen productos o modelos de negocio llenos de innovación, mientras que el segundo se enfoca en procedimientos tradicionales.
Incubando a nuevos negocios La Incubadora localizada en Monterrey fue la pionera de las incubadoras en el país. A nivel nacional el ITESM tiene en total más de mil 200 empresas atendidas durante los 12 años de su existencia con un aproximado de 150 empresas graduadas, de las cuales en un 85% de ellas sobreviven dentro de los primeros 5 años, teniendo el doble de lo marcado por números internacionales que son de alrededor de un 40 por ciento. Por otra parte, los emprendedores pueden aplicar para obtener un apoyo económico y poder tener este tipo de servicios a través de la incubadora, ya que pueden aplicar por el Fondo PyME brindado por la Secretaría de Economía o el Capital Semilla en manos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). El primero ayuda a tan sólo pagar una cantidad mensual de 3 mil 25 pesos, ya que la mensualidad normal por tener el servicio de consultoría tiene un costo aproximado de 10 mil pesos. Por el otro lado, el Capital Semilla tiene el objetivo de financiar hasta un 70% el proceso de incubación de una empresa, teniendo sólo que aportar el 30% restante, sin embargo el emprendedor debe cumplir con ciertos requisitos para obtenerlo, como tener la marca registrada y la acta constitutiva, por mencionar algunos. El Tecnológico también brinda la opción de la incubadora física, es decir, tener la posibilidad de contar con tus propias instalaciones dentro del campus, al contar con suficiente espacio, aire acondicionado, Internet, línea telefónica ilimitada, entre otros beneficios más.