El arte de la satisfacción en una operación de compraventa radica cuando las partes involucradas tienen la sensación de que obtuvieron más de lo que están ofreciendo a cambio, indiscutiblemente los compradores quieren pagar menos y los vendedores siempre desean ganar más.

»
Sin embargo, lograr este balance es prácticamente imposible, sobre todo cuando los vendedores no saben valuar sus equipos y a estos le agregan variables que difícilmente deberían alterar su costo. Comúnmente el dueño quiere sumar al precio de la máquina los gastos que hizo para su traslado original, mantenimiento, actualizaciones, personalizaciones específicas para un proceso, la obra civil de su instalación y a veces, hasta el factor sentimental.

La máquina en realidad solo vale por lo que puede producir, por la evolución que existe en ese sector de la industria, por su estado físico y funcional, por el margen de ganancia de lo que produce, por sus costos de operación y por los gastos que requiere su remoción.

Una vez que el propietario fija la expectativa de recuperación económica para la negociación inicial de un equipo usado, el comprador debe de analizar que le conviene más y considerar no solo el precio de adquisición, sino todos aquellos costos involucrados con transacción. Es aquí donde radica la importancia de determinar si comprar uno nuevo es una mejor decisión.

La indiscutible ventaja de los equipos de segunda mano debería ser su valor, sin embargo, el principal problema es su financiamiento, pocas instituciones bancarias podrán otorgar un crédito directo para una operación de esta naturaleza. En cambio, en una máquina nueva, el financiamiento es una opción automática.

La maquinaria nueva tiende a ser más eficiente, consume menos energía, genera menos desperdicios, cuenta con garantía y su financiamiento la hace muy atractiva, sin embargo, las refacciones son costosas, los mantenimientos requieren técnicos especializados, cada vez utilizan software más complejos que solo manipula el fabricante y se convierten en un problema si no existe una producción constante, que pague las mensualidades forzosas.

En la ecuación de los propietarios de activos industriales, difícilmente se consideran todos los gastos en los que incurrirá un comprador, los cuales incluyen, la desinstalación, la remoción, el embalaje, el traslado, la reinstalación y actualizaciones necesarias.

Un factor importante que impacta el precio de mercado y las ofertas, es el estado en que se encuentra la máquina, pues si ésta ya fue desconectada y/o desinstalada, el comprador hará propuestas económicas mucho más bajas, protegiéndose de posibles problemas funcionales que no se pueden detectar si el equipo no enciende.

Un comprador debería considerar el adquirir maquinaria nueva, cuando su programa de producción esté asegurado bajo contratos de trabajo legales, los cuales le permitirán consistentemente hacer frente a los pagos de su crédito. Cuando las máquinas que actualmente tiene le están generando un alto desperdicio, para eficientar su proceso o cuando requiera reducir sus costos operativos.

Un equipo usado siempre será una mejor opción para aquellos negocios que están iniciando, sin garantía de volúmenes de producción fija, cuando su actividad es muy especializada y difícil de conseguir máquinas nuevas, o cuando la maquinaria no tiene avances significativos en su tecnología.

Mi nombre es Johann Dorfi, soy el Director de Ventas de la empresa ZZUNN México y deseamos asesorarle con sus ventas, sus compras, si requiere remplazar activos que actualmente tiene en producción o si desea iniciar la manufactura de un producto nuevo.

Nota: La opinión y redacción del texto anterior, es el punto de vista del colaborador y no representa la filosofía, idea y opinión del medio informativo industrial.