Cuentan que en una unidad de casas de Infonavit, habitan dos trabajadores que laboran en la misma compañía (Guasal, empresa prestadora de servicios) y ambos desempeñan el mismo trabajo; proporcionan servicios de intendencia.
En realidad esa dualidad podía pasar desapercibida, a no ser por la gran diferencia de nivel ¬¬¬-de vida que tenían ambas familias; en casa de Jesús se notaba una gran armonía y felicidad en todos sus miembros, todo les salía bien y todo les rendía.
En cambio en la casa de Teófilo, se respiraba un ambiente tenso y parecía que las cosas no marchaban bien, además de que se manifestaba una marcada pobreza y no les alcanzaba para los gastos.

Les sugiero que nos introduzcamos discretamente en sus casas y veamos que es realmente los que pasa en la vida de ambos.
Como todos los días, Teófilo se había levantado de mal humor, no había podido dormir bien, toda la noche se la pasó dando vueltas en la cama y como de costumbre se lamentaba de tener que ir a trabajar; se preguntaba porque sería tan desafortunado. Por más que compraba billetes de lotería y gastaba el poco dinero que ganaba, nunca acertaba.
A pesar de muchas limitaciones y privaciones, su esposa que lo amaba, le preparaba amorosamente el desayuno, pero Teófilo no lo agradecía y lo comía de mala gana.
Cuando sus hijos despertaban hacían tal algarabía de gritos y risas (como es característico en todos los niños) que aquello parecía una verdadera parvada de pajarillos que manifestaban con júbilo la llegada de un nuevo día; en condiciones normales contagiarían de alegría a todos, pero no en el caso de Teófilo que de inmediato con palabras altisonantes ordenaba callaran al instante.

De su aseo personal ni se ocupaba, el boiler estaba descompuesto desde hacía varios meses y con el frío que hacía, ni loco se daría un duchazo, además pensaba no serviría de nada, si al llegar a su trabajo se volvería a ensuciar.
Salía de mala gana de su casa y todo le irritaba, le molestaba el frío de la mañana. Que lata tener que esperar el camión, y pensar tener que aguantar a los demás pasajeros, y cuando llegaba a su trabajo y alguien educado y con optimismo le daba los buenos días, el invariablemente respondía: ¿Que tienen de buenos?
Cuando le mandaban que tuviera que realizar algún trabajo para ordenar su área de trabajo, siempre maldecía tener que hacerlo y trataba a toda costa que algún compañero lo hiciera por él.

Cuando se topaba con los usuarios o clientes donde trabajaba le molestaba y los evadía, sentía que estos no lo querían y se sentía rechazado, y en verdad era cierto. Como no iba a serlo si su conducta nunca fue de servicio pensaba que él les hacía un favor al limpiar y ordenar sus áreas de trabajo.
Cuando por necesidad la empresa demandaba horas extras por algún servicio extraordinario de emergencia, Teófilo nunca estaba dispuesto a trabajar, no obstante que recibirá un pago adicional por tiempo extra.
Él pensaba que también debería de descansar y decía: -¡Al diablo con la ética de servicio y demás rollos!

Esa era la rutina de Teófilo. Ahora sugiero conozcamos la vida de Don Jesús.
Aunque Jesús tiene el mismo trabajo que Teófilo, éste había logrado darle a su vida y a su labor “Un sentido de servicio de realización y de pertenencia”.
Cuando escuchaba a sus hijos despertar y dar gritos de alegría y bullicio, agradecía al creador el habérselos dado en custodia. En verdad se sentía afortunado de tener una familia; eran su tesoro y los amaba tanto.
Se levantaba y de inmediato con agua fría de daba un duchazo con el que recibía energía. Se rasuraba y no era extraño que entonara una canción con pausas interrumpidas cuando se le cortaba la respiración por efecto del agua helada.
Se vestía con su uniforme de trabajo sencillo, pero siempre limpio y planchado por su diligente esposa.

Cuando se sentaba a la mesa con todos los miembros de la familia para digerir su sencillo desayuno, antes daban gracias a Dios por los alimentos pues tenían conciencia que eran privilegiados, sabían que con las crisis existentes mucha gente batallaba para surtir despensa.
Al momento de partir y cuando cada miembro se encaminaba a sus respectivas ocupaciones, se daban un beso y una bendición con el deseo de tener un buen día.
Al salir Jesús de casa, se auto motivaba y decía:
-“Señor, te ofrezco mi día. Hoy pondré todo mi entusiasmo para tener un día extraordinario. Hoy daré mi mejor esfuerzo, será como un regalo para esa esposa que cree en mí y espera a mi lado una vida mejor, lo será para mis hijos que requieren una mayor preparación y educación y me necesitan tanto. Lo haré por mi México que ahora me necesita más que nunca”.

- “Y lo más importante lo haré por mí mismo, no puedo defraudarme, hoy me realizaré. Sé que soy parte de una cadena de seres humanos que tenemos una misión y hoy señor cumpliré mi misión”.
Al subir al camión Jesús saludaba con entusiasmo al chofer y a los demás pasajeros.
Al llegar a su trabajo, empezaba a contagiar a todos con su alegría y entusiasmo, cuando se disponía a efectuar sus labores, pensaba:
-“Sé que el trabajo puede ser pesado, pero soy una persona muy especial y tengo una misión. Pondré mi mayor esfuerzo para cumplirla”.
-“Hoy tendré la oportunidad de atender en forma personal a cada uno de los clientes de mi área que conozco. Ellos esperan y saben de mi excelente trabajo y no los defraudaré, en verdad cada uno es diferente al otro en carácter y en trato, pero yo sabré comportarme y les daré gusto a todos.
-“Además he descubierto que les gusta mi trato y que les llame por su nombre. Me siento honrado porque me han aceptado como su compañero. Como algo más importante: como su amigo”.
-“Hoy llegaré a cada rincón y tendré la oportunidad de realizar mi trabajo, ayudaré a acomodar todas cosas que estén fuera de orden, vigilaré que no me falte ningún producto o herramienta para poder limpiar y ordenar todo lo que a mi corresponde y ayudaré a mis compañeros a cumplir con su trabajo”.
-“Hoy señor cumpliré mi misión, porque lo espero yo, lo espera mi familia, lo espera el cliente, lo espera mi empresa y lo esperas tú y no puedo fallarles”.
-“Lo importante es que cada uno hagamos nuestra misión con entusiasmo, con pasión, comprometidos y de excelencia”.

“En nuestra empresa Guasal estamos seguros que si todos le diéramos un sentido a lo que hacemos, no sería una pesada carga y pasaría a ser algo que nos proporcionaría felicidad y realización”, dijo Armando Guajardo Saldívar, Director de Guasal .


Reconocimiento


En este mes de mayo Guasal cumple los primeros 20 años de haber iniciado operaciones y desea compartir la celebración de este aniversario con quienes han contribuido a forjar la permanencia de la empresa: sus colaboradores , clientes y proveedores.
“Por tal motivo queremos reconocer así el apoyo y la distinción de todos aquellos que nos han acompañado a lo largo de este tiempo, con lealtad siempre correspondida, a quienes formando parte de una cadena productiva, han contribuido a enfrentar retos y superarlos, y son participes en consecuencia de nuestros mejores logros”, dijo el directivo, quien destacó que: “Frente a un futuro que plantea nuevos retos, pero también alentadoras oportunidades, es nuestro propósito estrechar más aun la alianza que nos une en el logro de objetivos comunes”, dijo Guajardo Saldívar.



 
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