Al tiempo que escribo la presente contribución editorial, me encuentro en la bella ciudad de Tokio, Japón; ciudad y país al cual admiro muchísimo, no sólo debido a su gran empuje y fortaleza económica, sino por su gran dinamismo en superar los retos que se le han presentado a lo largo de su historia y sobretodo la manera tan exitosa en que han salido adelante. Ojalá nuestro país y nosotros los mexicanos pudiéramos aprender más de ellos.
De la misma manera siempre aprovecho para conversar con buenos amigos tanto japoneses como mexicanos que residen en Japón. El tema que me atrajo nuevamente a este país es el mismo de siempre, la atracción de inversión japonesa al país, de la mano del Gobierno federal, PROMÉXICO y en este caso, del Gobierno del estado de Zacatecas. Existen grandes oportunidades para nuestro país en los temas de atracción de inversión japonesa, sería un error no aprovechar la coyuntura. El sector automotriz, representa para México un fuerte atractivo para la industria japonesa, ante los altos costos de producción que se tienen en Japón. El sector automotriz japonés, es verdaderamente una ventana de oportunidad.

Sin duda, el conocimiento de lo que sucede en México no es ajena a ellos, son ejecutivos bien informados, que lamentan la situación de inseguridad que se vive en algunas partes de nuestro país. Confían mucho más en la inteligencia que les es proveída por agencias de seguridad y creen muy poco en las cifras alegres que les son exteriorizadas por los diferentes Gobiernos de las entidades federativas. No obstante, creen en el dinamismo económico del sector privado de nuestro país y están decididos a invertir. El comercio bilateral entre México y Japón, aumenta día con día. Sin duda el acceso al mercado de América del Norte, aunado a los beneficios que trae consigo la red de tratados comerciales de México y el creciente consumo interno, ha representado verdaderos incentivos para los inversionistas japoneses.
La situación de fortaleza que posee su moneda, el yen japonés, ha originado que las firmas del sector manufacturero hayan acelerado el traslado de sus plantas de producción y en algunos casos, muy específicos, sus centros de investigación y desarrollo a otros mercados, debido a la fuerte valuación de su moneda. Las empresas manufactureras en Japón, se están viendo en la necesidad de obtener sus insumos materiales y de proveeduría del extranjero, ya que el fortalecimiento de la moneda nipona los hace más baratos en el extranjero, que producirlos dentro de su país.

Me llamó la atención que las medidas que está implementando el Gobierno Japonés para contrarrestar la fortaleza de su moneda, es contrario a nuestro querido México, disminuir los impuestos corporativos, promocionar los acuerdos de Libre Comercio con otros países y quizás lo único irónico en una economía capitalista es tener una intervención en el mercado de divisas.

Si el Gobierno mexicano y las distintas entidades federativas no tomamos las medidas necesarias en el tema de seguridad, estaremos nuevamente perdiendo la gran oportunidad de atraer inversión extranjera desde el mercado asiático. Quizás inclusive, pudiéramos volver a experimentar una década perdida, similar a la posterior a la crisis del ´95. Afortunadamente muy pocas firmas, todavía, han hecho cuestionamientos en cuanto a las iniciativas enviadas por el Ejecutivo en términos del posible incremento de impuestos y la eliminación de la importación temporal en el régimen de INMMEX.

Hoy en día, la industria automotriz es uno de los sectores con mayor presencia y crecimiento en México y Japón. Se tiene la ventaja de un cero arancel a los vehículos hechos en México, con esto, son enormes las oportunidades de asociaciones estratégicas, joint-ventures, partnerships, así como la creación de “clusters” de proveeduría en el sector automotriz y de auto partes principalmente. Las plantas de Honda y Mazda que se instalarán en Guanajuato aunado a las expansiones de la planta ensambladora de Nissan en Aguascalientes y la de Honda en El Salto, Jalisco, originarán enormes oportunidades de proveeduría para el sector. Principalmente para la región centro de Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas.
El Acuerdo de Asociación Económica México-Japón, implementado desde el 2005, ha expandido enormemente el crecimiento en el comercio bilateral, al grado de convertir a Japón en el segundo mayor inversionista de nuestro país. El hecho de que 2 armadoras automotrices, Mazda y Honda, hayan decidido instalarse en Guanajuato y una tercera en Aguascalientes, nos indica una clara tendencia de la necesidad de relocalización de no solo las armadoras, sino de toda la cadena de abastecimiento de la industria automotriz.

En conclusión, México debe alcanzar un mejor aprovechamiento del Acuerdo Comercial que nos une con Japón; debemos aprovechar esta coyuntura de sobre valuación de la moneda japonesa y generar una mayor relación entre empresarios de ambos países. Nuestro país requiere tomar ventaja de este acuerdo y acaparar, en la medida de lo posible, las expansiones japonesas.

 
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