Es increíble como el tiempo vuela, pareciera que fue ayer cuando estábamos en medio de los abrazos y sumergidos en los olores y sabores Navideños, sin embargo el día de hoy, estamos dándole la despedida al 1er. cuarto del año, atrás quedaron la rosca de reyes, los tamalitos del día de la Candelaria, los gustosos y románticos corazones del mes del amor, pero ante la llegada inminente del mes de abril, en plena primavera, el tiempo para “calentar motores” se acabó, estamos de lleno en este cabalístico 2013 que según los que saben de numerología se trata de un año “Número 6”, año de equilibrio y consolidación.
En la última edición hablamos sobre la importancia del desarrollo de la proveeduría, dentro de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) y efectivamente las capacidades productivas, los controles en cada uno de los procesos, la documentación correcta, por supuesto que el cumplimiento en la entrega de productos con la calidad adecuada son los rubros claves en los que todos los compradores habremos de enfocarnos y concentrar nuestros esfuerzos al momento de “embarcarnos” a la aventura de la implementación de un nuevo proveedor, pero…si hace un momento hablamos de que este 2013 es un año de equilibrio y consolidación, no podemos dejar de lado uno de los aspectos primordiales, y sin temor a equivocarme, me atrevería a decir que es la base en la que se sustentarán los aspectos anteriores: EL CAPITAL HUMANO, sin este elemento crucial, no podemos llevar a cabo nada, son las personas las que se comprometen a generar los cambios, a dar los resultados, a implementar conceptos nuevos y alcanzar las metas trazadas.

Así que, como podemos asegurarnos de que efectivamente cuando llegamos a tocar las puertas de alguna empresa nueva que pareciera ser muy prometedora y conveniente para formar parte de nuestra cadena de suministro, podrá convertirse en nuestro socio comercial, y hago énfasis en el término “aventura” porque como dice mi prima Hilda, “casarse es como ir a McAllen…nunca sabes como te va a ir” y no podrán negar amables lectores, que cada alianza con un proveedor, es casi casi como adquirir un compromiso matrimonial.
Antes de dar el “sí” definitivo al candidato en cuestión, además del plan de implementación, será igualmente importante evaluar el nivel de “felicidad” en el ambiente laboral, si los individuos ejecutando las tareas no aman lo que hacen, no se apasionan ni se sienten orgullosos de su trabajo, difícilmente podrán producir y entregar piezas perfectas y a tiempo. Y el mismo análisis lo podemos utilizar para auto-evaluarnos, y darnos cuenta si efectivamente nuestro grupo de colaboradores se sienten realizados y plenos ejecutando las tareas diarias, porque al final del día nuestra labor impacta de manera directa a familias enteras, pensemos por ejemplo que a un comprador de una de las tantas maquiladoras o empresa de inversión extranjera le encomiendan encontrar un proveedor local (en México) para que albergue un lote de piezas de estampado metálico, esta única decisión, al concretarse, derivará en una derrama económica directa e indirecta muy importante para la comunidad: mano de obra, servicio de transporte, servicio aduanal, compra de acero, de tarimas, material de empaque, aceites, lubricantes, servicio de mantenimiento, etc. Si las personas detrás de todo esto nos sentimos entusiastas y maravilladas de la gran oportunidad que representa trabajar en la hermosa cadena de suministro, cada tarea y cada nuevo proyecto, sin duda, ¡será todo un éxito!

Un afectuoso y abrazo a todos los lectores de Somos Industria.